Croacia, esa gran desconocida. Sus más de 50.000 kilómetros de extensión dan para mucho. Así que, ¿qué tal si descubrimos este país a través de una de sus islas? En un abrir y cerrar de ojos llegamos a Krk, situada frente a Rijeka, en el norte del Adriático. Fijaos bien. No estáis en cualquier lugar. Tras ese impronunciable nombre se esconde la isla más grande de Croacia.
El poblado principal es un puerto medieval amurallado, repleto de monumentos que invitan a viajar a otras épocas. Arte en estado puro materializado en lugares como una catedral de estilo romanesco o un magnífico palacio obispal. Merece la pena visitar, al menos, alguna de sus 63 aldeas y mezclarse con su población, principalmente marinera. Hagamos una parada en el camino para disfrutar de sus famosos vinos rojos.
El poblado principal es un puerto medieval amurallado, repleto de monumentos que invitan a viajar a otras épocas. Arte en estado puro materializado en lugares como una catedral de estilo romanesco o un magnífico palacio obispal. Merece la pena visitar, al menos, alguna de sus 63 aldeas y mezclarse con su población, principalmente marinera. Hagamos una parada en el camino para disfrutar de sus famosos vinos rojos.
Una vez recuperadas las fuerzas llegaremos hasta el Parque Natural de Krk. Sencillamente impresionante. Es difícil encontrar un adjetivo que describa la belleza natural de los más de 142 metros cuadrados que componen este paraíso. Un paraje único bañado de magia por el cauce del río Krk que forma a su paso increíbles rápidos, cascadas y numerosos lagos. La de Roski slap y la de Skradinski buk son las más impresionantes de todas. Pero como en la variedad está en el gusto este parque no sólo ofrece a los turistas recursos naturales sino también culturales y arqueológicos. Paseando por sus rincones es fácil divisar restos romanos de incalculable valor, fortalezas medievales e incluso una curiosa ciudad, la de Skradin, elevada a la categoría de monumento nacional. Dispone de un hotel y un centro náutico.
El toque romántico se encuentra en la pequeña isla de Visovac donde se ubica un viejo convento franciscano. Allí, indemne al paso del tiempo, se conserva una curiosa biblioteca. Un auténtico tesoro para los amantes del arte y de la historia. Espacios como este son los que están revitalizando el turismo en Croacia, olvidado durante años.
Como dijo el escritor William Faulkner, un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil. Sin duda, no hay otro lugar más propicio que Croacia para ser visitado a píe, descubriendo poco a poco su fascinante entorno.
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Fuente: Dondeviajar.es
1 comentario:
muyyyyyyyyyyy bonito lugar sin duda, gracias por la informacion.
www.oktomanota.com
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